
En el mercado hay pocas mezclas que resultan tan exquisitas como el blend de naranja y mandarina, una combinación elaborada a partir de zumos exprimidos naturales NFC (no procedentes de concentrado) de dos de las frutas cítricas más apreciadas que se pueden disfrutar en la actualidad. Esta mezcla destaca por su carácter aromático, por su sabor equilibrado y por la naturalidad de un proceso que preserva al máximo las cualidades originales de la fruta fresca.
Precisamente por este motivo, a continuación, vamos a mostrarte cuáles son los perfiles sensoriales de este tipo de mezclas de zumos y los usos industriales que se les pueden dar, atendiendo a la experiencia y a la visión que aporta una empresa especializada en la elaboración de zumos NFC de gran calidad. Sigue leyendo este post si quieres descubrirlo con nosotros.
El perfil sensorial del blend de naranja y mandarina se caracteriza, ante todo, por desprender un aroma especialmente intenso. Al olor tan reconocible de la naranja se le suma la faceta más fresca e intensa de la mandarina, dando lugar a un conjunto aromático más complejo y dulzón, con matices que evocan la fruta recién exprimida y la sensación de frescura que se asocia a los cítricos mejor seleccionados. Este equilibrio aromático es una de las cualidades que más suelen valorar tanto los equipos humanos que trabajamos con productos cítricos dirigidos al mercado profesional como los clientes que buscan siempre productos selectos de la mejor calidad.
En cuanto al sabor, podemos decir que el blend de naranja y mandarina ofrece un punto de equilibrio excelente entre la acidez y el dulzor característicos de la naranja y el toque dulzón y suave tan propio de la mandarina. De esta combinación surge un producto con un perfil gustativo más intenso, jugoso y refrescante, capaz de adaptarse tanto al consumo directo como a algunos de los usos industriales más sofisticados. Este carácter tan armónico, que se mantiene estable a lo largo de la degustación, permite que la mezcla se perciba redonda, con una entrada suave y un final fresco.
La apariencia del blend también refleja la esencia de ambas frutas. El color que suele presentar es un naranja amarillento brillante, un tono que comparten tanto la naranja como la mandarina y que, en el caso de un producto NFC, se conserva de forma natural gracias a la ausencia de concentrados o aditivos. Su aspecto visual, unido a su aroma y sabor, convierte a estos blends en opciones muy atractivas para marcas que buscan ofrecer productos naturales y con un perfil sensorial de alta calidad.
Los blends elaborados a partir de estas frutas están compuestos exclusivamente por zumos NFC, con o sin pulpa, y únicamente se someten a un leve proceso de pasteurización para eliminar la presencia de microorganismos. Esta mínima intervención permite conservar al máximo la esencia de la fruta fresca y asegura que el resultado mantenga un comportamiento sensorial coherente con las exigencias de calidad del mercado industrial. En este contexto, empresas como la nuestra, en Zuvamesa, trabajamos con procesos específicamente diseñados para garantizar que cada lote conserve al máximo tanto el perfil aromático, como el degustativo y visual tan característicos de la fruta recién exprimida.

Por supuesto, el blend de naranja y mandarina está pensado, en primer lugar, para el consumo humano. Ambas frutas aportan una combinación natural de energía, vitaminas, minerales y antioxidantes, entre los que destaca de manera especial la vitamina C. Esta riqueza nutricional, unida a su sabor, hace que la mezcla sea adecuada tanto para su consumo directo como para la formulación de productos de alimentación y bebidas que buscan mantener un carácter refrescante y natural sin tener que recurrir a concentrados de fruta.
Más allá del zumo en sí, la elaboración del blend genera subproductos de gran valor para diferentes industrias. Uno de ellos es la pulpa de naranja y mandarina, un ingrediente muy utilizado en la industria alimentaria y de bebidas. Su presencia permite aportar textura y sabor a zumos, néctares, tés, bebidas aromatizadas y concentrados de frutas.
También encuentra un bastante recurrente en productos de panadería, repostería, confitería, elaboración de mermeladas y salsas, ofreciendo un toque natural que enriquece tanto la experiencia gustativa como la calidad final de cada producto. Esta pulpa permite mantener la autenticidad de este tipo de productos y permite a distintas marcas desarrollar productos con unas características más cercanas a las de los cítricos naturales y frescos.
La industria cosmética y la del cuidado personal también encuentran un potencial notable en los derivados del blend de naranja y mandarina. Al prensar en frío la cáscara de estos cítricos se pueden obtener aceites esenciales y D-Limoneno, compuestos que destacan por su aroma y por su capacidad para aportar frescura y naturalidad a una amplia variedad de productos. Estos ingredientes se utilizan en cremas, cosméticos, lociones, champús, jabones, aceites de masaje y perfumes, donde la presencia de los aceites esenciales de este tipo de cítricos es capaz de añadir un matiz aromático que resulta reconocible y agradable. Además, estos derivados también pueden emplearse como saborizantes y aromatizantes en productos alimentarios, reforzando el carácter natural de las mezclas y manteniendo una coherencia sensorial con el perfil del blend original.
Otro subproducto relevante se obtiene de utilizar la cáscara que queda tras el prensado para obtener pellets. Estos pellets se han convertido en un recurso sostenible y eficiente dentro del ámbito energético. Se pueden utilizar como combustible en sistemas industriales de calefacción y pueden emplearse para producir vapor o electricidad, contribuyendo a la eficiencia energética de diferentes tipos de instalaciones industriales. Su aplicación no solo se limita al uso industrial, ya que también se pueden emplear en estufas de pellets o incluso destinarse a la alimentación del ganado, lo que no deja de demostrar la enorme versatilidad y el aprovechamiento integral que caracteriza a los cítricos cuando se gestionan con un enfoque basado en la sostenibilidad y la economía circular.
El blend de naranja y mandarina, por tanto, no sólo ofrece zumos NFC nutritivos, aromáticos, sabrosos y naturales, sino que también permite desarrollar soluciones en distintas áreas industriales gracias a los subproductos que se generan durante su procesamiento. Estas aplicaciones ponen en valor el ciclo productivo y dan forma a un modelo que busca la máxima calidad, un total aprovechamiento de las materias primas y un compromiso centrado en la eficiencia. De esta manera, en Zuvamesa nos sumamos a la economía circular, ya que aprovechamos al máximo todos los elementos de las naranjas y mandarinas para darles distintos usos industriales.
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